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Lo hemos oído muchas veces: el windsurf ya no se lleva y es un deporte vintage. Pues no pueden estar más equivocados. No sólo lo practican los veteranos que aprendieron en los 70 y 80, mucha gente joven se acerca a este deporte porque es super divertido y seguro. Así que ya sabes, ponte tu neopreno y súbete a la tabla, ya no te querrás bajar.
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El windsurf o surf a vela es una modalidad deportiva náutica con propulsión a vela. Consiste en una tabla de surf de dimensiones variables propulsada por una vela. Dos características hacen realmente diferente este deporte a la vela clásica: por un lado se practica de pie, lo que lo compara con el surf ya que hay que guardar el equilibrio. Por otro lado supone la aparición del llamado “aparejo libre”, es decir, vela y casco no llevan una unión rígida sino que el aparejo va sujeto por una rotula que lo deja moverse en todos los sentidos.
El windsurf como lo conocemos actualmente comenzó allá por los años sesenta en las costas californianas, datando de esta época las primeras patentes, aunque hay constancia de que este deporte se practicaba mucho antes de maneras más arcaicas y primitivas. El windsurf está declarado deporte olímpico y participó por primera vez en unas olimpiadas en Los Ángeles 1984.
Hoy en día con la increíble evolución y la madurez de este deporte se puede practicar en infinidad de condiciones y disciplinas, tales como Racing, travesía, Olas o freestyle. Estos avances impulsados por las nuevas tecnologías en diseños y materiales han hecho posible crear equipos que facilitan increíblemente el aprendizaje. Con tablas anchas y velas ultra ligeras el primer día de curso la mayoría de los alumnos consiguen navegar.
Debido a que en el windsurf el piloto o “rider” forma parte activa de la propulsión y sujeta con sus manos el aparejo. Si a esto le añadimos la propiocepción provocada por estar sobre una superficie inestable este deporte te pone fuerte en muy poco tiempo.
A nivel muscular se trabaja toda la musculatura. Dependiendo la intensidad con que se practique el windsurf fortalece y tonifica casi todos los músculos de tu cuerpo, especialmente los brazos, hombros y el core, aunque se trabajan también piernas y espalda.
A nivel mental os aseguro que es mucho mejor que ir al psicoanalista. Practicando windsurf disfrutaras de la naturaleza en estado puro, además de estar en un duelo constante contra los elementos es una lucha contra ti mismo por superar tus límites. Tanto si es un día soleado como un frio día de invierno con lluvia el windsurf te dejará relajado y con una agradable sensación de bienestar y equilibrio. Olvídate del Valium y el Tranquimazín, ¡ven a hacer windsurf y verás cómo dejas de pensar en esos problemillas que no te dejan dormir!
Además de estos beneficios físicos y mentales el windsurf funciona como un elemento de conexión entre personas con intereses comunes y gusto por el aire libre y la naturaleza. En nuestro club conocerás un montón de gente con la que ir a navegar, intercambiar opiniones e información e incluso harás nuevos amigos.
El windsurf, junto con el kitesurf, son las dos disciplinas de vela consideradas de “aparejo libre” frente a las demás disciplinas que se consideran de “aparejo fijo”. Esta diferencia la marca principalmente que el mástil (y por lo tanto el aparejo) no va sujeto de manera fija al casco, tabla en este caso. Esto le otorga mucho más dinamismo a la técnica de navegación, la hace más amena y entretenida que la vela tradicional, además de mucho más dinámica. Aquí el tripulante además de formar parte del gobierno forma parte activa de la propulsión. Esto hace que cuando navegas en windsurf sientes realmente el viento en tus manos, además del agua debajo de tus pies, provocando una increíble sensación de deslizamiento.
Frente a otros deportes no propulsados a vela tiene la gran ventaja de que no es necesario ir remando o pedaleando todo el rato, simplemente caza tu vela, pon rumbo a donde quieras y y disfruta de la sensación de deslizarte con el mar y con el viento.
No es obligatorio pero es recomendable disponer de un seguro que cubra un eventual accidente, tanto para el propio windsurfista como para terceros.
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